Miércoles: Celebración de la Palabra

Gracias a Dios contamos con la Eucaristía diaria celebrada por Monseñor Rodolfo Rodríguez, excepto los miércoles. Este día las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, quienes dirigen y son responsables de la atención a los Residentes de la Casa de Reposo, llevan a cabo la Celebración de la Palabra, en donde la mayoría de los Residentes participan con Fe y fervor.

En esta celebración participan de manera activa mediante la reflexión, así mismo, cada uno de ellos aporta su meditación, su experiencia de Dios y esto enriquece la celebración.

Ministerio de la Celebración de la Palabra

 La Celebración de la Palabra: ésta pastoral, realizada por ministros laicos y laicas a quienes se les llama Delegados de la Palabra, tiene como misión, dar a conocer la Palabra de Dios, testimoniarla y hacerla vivir en cada persona, en cada hogar y en toda la comunidad. De modo que los que han sido educados para la fe, encuentran en ella la oportunidad de celebrar la fe (dar culto a Dios) en comunidad, para practicarla también en comunidad, comprometiéndose en el desarrollo integral de la misma.

Su origen: La C.P.D. es un ministerio que empezó en Choluteca, República de Honduras, el Domingo de Ramos, 27 de marzo de 1966; diecisiete campesinos fueron llamados por Monseñor Marcelo Gerín PME. A un curso para animar la celebraciones de Semana Santa en sus comunidades, especialmente donde no podía llegar un Sacerdote. Fue así como de una experiencia eventual y con resultados inesperados dio comienzo esta nueva y maravillosa expresión de fe, pues las comunidades se entusiasmaron y pidieron que continuaran las celebraciones de la Palabra de Dios los domingos.

La Celebración de la Palabra responde así a un voto del Concilio Vaticano II, que en la Constitución sobre la Sagrada liturgia dice: “Foméntense las Celebraciones Sagradas de la Palabra de Dios, en las vísperas de las fiestas más solemnes, en algunas ferias de Adviento y Cuaresma, los domingos y días festivos, sobre todo en los lugares donde no haya Sacerdote, en cuyo caso debe dirigir la celebración un Diácono u otro Delegado por el Obispo.

Con su trabajo pastoral el Delegado de la Palabra de Dios persigue los siguientes objetivos:

  • Desempeñar su responsabilidad de bautizado en su comunidad.
  • Cooperar con el Obispo y del Sacerdote, en su misión de construir el Reino.
  • Participar en la misión profética de la Iglesia.
  • Dar culto a Dios con la Comunidad.
  • Promover la Comunidad Eclesial de Base.
  • Ser fermento en los proyectos de desarrollo integral de la comunidad.

 

Fuente: http://diocesisdecholuteca.org, Marzo 22, 2012